Hace tiempo he notado que me hacia falta retomar esta madre. Tantas cosas han pasado que quisiera dejar algo sobre estos tiempos.
Resulta que por andar de curioso sobre los misterios de la vida conocí varias personas igual de inmensamente pendejas como yo. Y al final resulto que me volví más pendejo que antes.
Todos en algún momento de nuestras vidas nos toca vivir una temporada oscura de soledad reflexiva, introspectiva y caótica. Esta puede ser desencadenada por algún momento de crisis, una perdida de un ser querido, un shock por desamor o hasta incluso el tener una cercanía con la muerte. Cada ser es variado y a cada uno le llega en momentos diferentes y por lo cual debemos respetar su libre destino.
Hace años llegó a mi mente la pregunta y comenzó mi búsqueda.
Durante todo el recorrido aprendí bastante y si quieres saber el desenlace es que no lo hay. El mio es mio y el tuyo, pues tuyo.
Pero solo quisiera relatar las experiencias personales, como desahogo.
Pues, para empezar quiero recordar que todo despertar es doloroso. Muy peligroso. Un ser podría enloquecer y/o deprimirse, o tomar medidas drásticas y terribles. Por eso el conocimiento siempre va oculto. A la vista de todos pero sin que todos la puedan ver. Los que si pueden interpretar siempre son los cuestionadores, los que no creen que el mundo este resuelto, los que creen que algo anda mal o creen que hay más posibilidades de las oficiales. Uno empieza preguntándose y abriéndose a posibilidades que a veces van fuera de lo ordinario, guiados por el "no hay imposibles, todo es posible".
Mi búsqueda empezó con una simple pregunta: ¿A dónde va el dinero?
La respuesta que halle fue espeluznante. Una cadena de mentiras por todos lados, grupos en contra de toda resolución de incógnitas, complot y hasta incluso vi que mentían hasta en la salud. Pero todas estas mentiras tenían que tener una respuesta. Al final vi que el mundo es hermoso y la respuesta estaba en mi. Curioso, dice el dicho: Dentro esta la respuesta.