Esa sensación de abrir una botella helada después de un día de mierda, el pssssh del gas escapando como si te dijera “tranquilo, ya llegué”, y el primer trago que te hace sentir que todo esta bien en el mundo, aunque sea por un pinche rato, puta madre, quiero otra cerveza.
Les voy a contar por que las cervezas son la neta, y no, no hablo de esa asquerosa mierda de agua sucia imitación que venden en los Oxxos, sino de las reales, las que te hacen sentir algo de verdad. Hace unos años cuando empecé a ponerme hastalculo estaba en el CBTIS en un clandestino de mala muerte a unas calles de la escuela, de esos donde el piso está pegajoso como si las vomitadas fueran parte del piso, el baño parecía zona de guerra, y el aire olía mierda y a cigarro rancio y sudor y culo todo junto. Pero ahí, entre toda esa mierda mis primeros contactos con micheladas y cerveza de barril me llevaron a creer que la chela era la misma siempre, jamas tuve curiosidad por buscar calidad, siempre fue la comun y si llegaba a probar algo diferente era cuando hacia combinaciones desde las más pendejas con refresco rojo hasta las bombas con coca y tequila, pero un día que probé la artesanal supuestamente era la mejor o mas real ya no volví a ser el mismo.
Cuando nos encerraron por la pendeja plandemia fue cuando comencé a beber en exceso y lo que mas consumí fue la chela cara, compraba por cajas y me las chingaba de a solo, en mi cuarto valiendo verga y llorando por todo y por nada, entendí que las cervezas no son solo para empedarte como pendejo, sino para disfrutarlas y sacar tus pedos y traumas que tengas y saber que para saborear cada trago como si fuera el último antes de que te caiga el fin del mundo al averga.
Hoy se que si hay alcohol bueno y adulterado, y la neta lo que les venden en la tienda es una mierda.