Hoy despierto y a mi mente llegan los recuerdos de las caídas que he tenido en mi vida y me sorprendió porque realmente no han sido muchas pero las que las que he tenido han sido muy cabronas han significado mucho en mi vida, me han cambiado radicalmente. De hecho yo pienso que ahorita en esta situación que estoy pasando me va a llevar bastante tiempo el poder de nuevo recuperarme y por más que lo quiero evitar o que me quiera hacer el fuerte nada sirve nomás basta con que esté un poco de tiempo solo con mi mente para que mi conciencia me maté a mí mismo.
Durante un tiempo quise platicar todo a alguien, a modo de desahogo pero me he ido quedando sin opciones a tal grado que ni en casa, ni trabajo ni nadie. Solo estoy yo, conmigo.
Recordé que a una mujer le lloré dos años seguidos y viví un calvario tratando de recuperarla, en aquel entonces no había ni whats, si querías comunicar era en presencia o por llamada.
Pienso que esa va a ser la maldición más cabrona que voy a tener por el resto de mis días ya no tanto la situación irremediable en sí misma sino más bien el trabajar con el duro pesar que es la conciencia y saber que los errores que se comenten se pagan caro. Muy caro.
Sin lengua ni duda, el duro roce de morder, la noche las horas precisas y el sueño nos puede doler.
Mis dedos sin tacto se pierden en la oscuridad, ya sabes con un manotazo queriendo la luna alcanzar.
Qué más?
¿Sin ti qué más?
Tu misma te sabes sin mi.
Sólo si se muere se grita en el fondo, te extraño no puedo dormir.
David Haro
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