martes, 14 de octubre de 2025

La Cruda y el Nuevo Jale

 Ya se me hizo el cambiarme de trabajo, Por fin. 

La Madre de Todas Las Crudas

Para mi despedida quise darme en la madre bien duro, fuí a buscar a la banda teporocha pero sentí medio ogt cuando llegue al punto y no estaba nadie, palpé un nudo en la garganta porque pensé que ya así sería para siempre, llegar y quedar varado, esos culeros sin celular y con la glándula pineal bien tapada ni como ayudarlos! ni como encontrarlos!! ni con el astral me podría comunicar a la verga, por suerte en chinga llegaron y me aventé tres días de pedote con el escuadrón de la muerte número 619, pero no todo fue felicidad. 

Llegué muy amable a ingerir Bacardí Blanco con cocas que traía "el Cotorrito" y "el Yantas" y todo pasó deliciosamente, me disocié y me deje llevar por la pedez, ni tragué ni sali a respirar, pero al amanecer del tercer día ya no todo era felicidad, me dieron ganas de vomitar y todo chingó a su madre, me entró la cruda vomitiva

Todo el puto domingo, todo el puto lunes, martes y hasta la noche todavía del miércoles!!!!! Me sentía de la verga vomito y vomito, todo lo que tragaba todo lo que tomaba lo vomitaba, prácticamente me chingué todo mi sistema digestivo porque me ardía todo desde el esófago hasta el estómago y total, para mí fue la madre de todas las crudas que chingue su puta madre, yo creo que ya no vuelvo a beber hasta nuevo aviso.




 

 Nuevo Jale

Fui bien recibido, me fue a toda madre esperemos que sí me siga yendo y pues mi estrés se redujo ahora me siento mejor y con ganas de hacer ejercicio, los cambios son chidos.

miércoles, 1 de octubre de 2025

Las Despedidas

Las despedidas son una mierda. Punto. 

No hay forma bonita de adornarlas. Toda esa basura de “cerrar ciclos” y “abrir nuevas etapas” es puro discurso barato de coach de TikTok. La neta es que cuando dices adiós, lo que queda es un puto hueco que no se llena ni con alcohol, ni con cigarros, ni con esa sonrisa falsa que te inventas frente al espejo.

 ¿Y qué? La gente se va. Los lugares se mueren. Los recuerdos se pudren. Y uno se queda aquí, como un pendejo, recogiendo pedacitos de sí mismo entre colillas y botellas vacías. Todos dicen “ánimo, güey, vendrán cosas mejores”. Que chinguen a su madre. No viene nada. Lo que viene es otro vacío disfrazado de oportunidad, otra pinche despedida que se va a clavar en el estómago como cuchillo oxidado. El problema no es irse, el problema es que se llevan un pedazo de ti. Como perros de la calle arrancándote carne. Y tú te quedas ahí, sangrando, pero con cara de “todo bien, bro”. Hipocresía nivel Dios. 

 Las despedidas son tristes porque nos recuerdan que todo lo que amamos tarde o temprano se va a la verga. No hay eternidad, no hay promesas que duren, no hay finales felices. Hay ausencias, silencios incómodos y recuerdos que te despiertan a las tres de la mañana con la garganta hecha nudo. Así que sí, llámame amargado, llámame resentido, lo que quieras. Las despedidas son una putada universal, una chinga que no respeta edad, lugar ni calendario. Y aunque te hagas el cabrón, aunque te rías con la banda, aunque digas “no hay pedo”, al final todos sabemos que adentro te está cargando la chingada. Pero tranqui: siempre habrá otra peda para olvidarlo. Y otra despedida para recordarte que no sirve de nada.

Los tiempos de Dios son perfectos, en mi paso por Zumpango fue mi transformación, le agradezco mucho porque ahí fue dónde la oruga se volvió polilla. Tanto que aprendí. 

Pero me voy ligero como dice mi rola: (picale para oírla)

Me Voy - La Sublime Demencia

 De pronto alguien empieza a decir que mi música está culera pensando que me voy a enojar.

Yo: