miércoles, 1 de junio de 2022

Junio

Hace mucho me gusta un putero la lucha libre, es un ritual súper extraño. Al hijo de la verga que se le ocurrió esa idea es un gran hijo de puta que se ganó un Nobel, Ariel, Óscar, doctorados, presidencias, honoris causa y mi admiración total. 

Es todo un ritual, enorme de escalas increíbles difíciles de contar. La energía que se concentra en el cuadrilátero supera la de un concierto masivo carreras y todo lo demás. Más que la plaza de toros. Un genio el que la inventó. 

La viejita grita mentadas de madre, el fanatico llora, el poco pensante cree que es real lo que ve, el inteligente ríe sin piedad al ver el show, hay risas gritos y descarga de todo tipo de energías; buenas, malas, indiferente, heróicas... Un combo difícil de lograr en otra mamada.

Ahí hay energías y fuerzas en balanzas, pactos y toda canalización de fama y dinero, deseos carnales y almaticos... Pero todo tiene su precio. 

Vayan a la lucha, gasten ahí su energía, es más barata y menos traumática que una sesión de Ayahuasca, seguro se cagan de risa mínimo una vez. O se emputan mínimo una vez. 

Mis queridos dos lectores anónimos esto llegó a su final de temporada. Tuve un plazo de luto pero ya es momento de seguir adelante. Regresaré cuando tenga más mierda más adelante, o cuando tenga que expresar mi miseria o alguna que otra pendejada a la luz de los hambrientos de envidia lo haré. 





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