martes, 6 de septiembre de 2022

El Diario de un Ebrio

 Mi blog siempre será mi escape, a veces leo lo que pasó hace un mes y me hace viajar en el tiempo, lo bueno es que está ahí mi registro y mi desahogo. 


Últimamente he tendido a buscar nuevos sabores de bebidas embriagantes, la cerveza ya me está hartando, a veces toca pulque o tequila pero ya quiero probar mierdas como brandy, ron o vodka. Nunca confíe en esas bebidas pero ya me atrae lo insano. Hasta hace poco me chingué cómo dos litros y medio de Zacualpan, una bebida de alcohol de caña de 38° de alcohol. Lo curioso es que me supo muy rico. 

Pienso que para este nuevo acto necesito adaptarme a lo que encuentre o sufriré por falta de sueño por mucho tiempo. Mi alquimia necesita de un solvente potente para por fin disolverme y disociarme más pronto, tocar un poco más el fondo y terminar el tormento. 

Siempre creí que ese método era una trampa para matar al humano silenciosamente, con alcohol corriente hecho de papa o de arroz pero tiene el lado bueno que hasta seguramente me ahorraré mucho dinero ya que esas bebidas son infinitamente más económicas y accesibles, en cualquier tiendita venden pomos de variada marca, calidad y precio. Ni la edad preguntan para venderte!

En una de esas hasta es más sano que lo que yo creo es más fino, es el mundo al revés, puede ser que se trate de matar más rápido al mamón que busca alcohol de fermento natural que al teporocho de la esquina, no por nada el escuadrón de la muerte siempre dura bastante más tiempo que el borracho rico. 

Ya no me importa el sufrimiento!!


No siento nada...nada. 

Si no fuera la salida tan fácil y a la mano que tengo ya hubiera dejado mi vicio, pero es hasta ahora es mi mejor aliado, mi anestesia, que me hace olvidar hasta de que día es hoy y todas las mentiras del mundo: el alcohol, tan somnifero y efectivo cómo cualquier programa actual de TV. 

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