lunes, 1 de agosto de 2022

Morir

Dicen que el tiempo cura las heridas, que es el mejor remedio para sanar. Tiempo y un poquito de indiferencia. No debería ya pensar en esto, debería dejar estos pensamientos por la paz pero no puedo ni dormír. 

¿Qué si soy feliz? La verdad es que no creo que la felicidad sea un “estado” del ser humano. La infelicidad puede serlo, pero la felicidad es, por naturaleza, un instante. El instante puede durar unos segundos, un minuto, una hora, un día y una noche, pero no creo que pueda llegar a durar nunca una semana entera. La infelicidad suele parecerse a una novela larga. La felicidad se parece más a una foto.

En mi mente divagan pensamientos muy distorsionados. 

Enséñame a olvidarte.

 

Dime cómo le hiciste para dejar de amarme en tan poco tiempo, como borraste esos sueños en un instante si jurabas amar tanto. Como es que dejaste de sentir todas esas cosas que tanto me decías, ahora por favor enséñame a olvidarte, dime cómo se acaba con el amor en un par de días, cuál es la clave para sacar a una persona que amas, que necesitas, que pensabas que era lo que necesitabas. Como puedo matar las palabras tan lindas que una vez me hicieron la persona más feliz del mundo y hoy sólo me llenan de dudas y enojo al preguntarme si esto fue real alguna vez, porque cuando el amor es verdadero no se termina así de fácil. Así que una vez más te pido que me ayudes a olvidarte, mi pluma día a día se termina de tanto escribirte, de tanto recordarte, ayúdame a olvidarte que a falta de tinta uso mi sangre, esa que lleva cada palabra que un día me dijiste, esos besos de los cuales me alimentaste y todas esas caricias que me regalaste, aunque hoy sean las mismas caricias, los mismos besos, y las mismas palabras que me matan al recordarte.

 Quién iba a imaginar que cuando más empatía mostré irónicamente más distancia forme. El mundo al revés. 

Ok, no debo envenenarme más con pensamientos crudos, debo ser paciente. Caray, otra vez estoy pensando mal. No debería ya pensar en eso jamás. Tal vez es otro síntoma de una alma enferma. Debería morirme como he estado haciéndolo, en silencio, matandome de a poquito y sin Yolanda Maricarmen, total, moriremos solos y que mejor manera que cada quien eligiendo su forma.


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