Hace mucho comencé a coleccionar cubos Rubik de todos los tipos. La idea nació por una filosofía en la que trabajé sobre "el problema y su solución", resulta que el cubo es perfecto para hablar de todo eso y más. Al igual que cada pieza que lo conforman forman parte del todo exactamente así somos nosotros, viles piezas de puzzle. Los giros representan la vida, sus azares y destinos, las caras representan el equipo, el conjunto con el que vives y te desarrollas. Para armar un cubo es necesario seguir un orden, pero, por irónico que parezca, a veces es necesario destruir lo que ya llevas armado para poder continuar y poder completarlo. Por muy difícil que parezca tiene solución.
A veces la vida misma nos lleva a dar giros y a veces habrá momentos en los que ya creemos encajar, pero el orden al final hará que ocupes el lugar en el que verdaderamente perteneces.
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