Cómo no pude comprender tantas cosas, probablemente mi deseo era solo saber que tenía el control. Querer regresar todo a un estado anterior. Probablemente era un enojo por ver el resultado que nunca quise, el que siempre odie sin tan siquiera querer ser empático con quién lo necesitaba.
Siempre lamentaré mi desgracia, llegué muy tarde a la viva y a la conciencia. O muy pronto, No sé. Pero si de algo estoy seguro es que el tiempo sobra y siempre nos da lecciones para volvernos mejores.
Lo mejor ante una caída es: ya aceptar las consecuencias y hacerles frente, aceptarlas y dejarlas ser sin volver a caer en los mismos patrones.
Ya el tiempo dirá como se tuerce de nuevo la vida. Por ahora tengo la intención de volverme mejor que antes. Mejor en todo y con todos. Solo eso quiero ser, más comprensivo y más amable, procuraré dejar el vicio. Ese maldito vicio. No, no hablo del alcohol ni de María. Mi enfermedad mental.
Es probable que el collar random me ponga días de notable suerte. O bien, aceptar los días malos con una sonrisa. O quizá el collar no tenga nada que ver pero solo fue el símbolo que necesitaba para ver la dualidad y dejar de sufrir por mis propias pendejadas.
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