Tengo que encontrar la forma eficaz.
Apagar la mente apagar la mente
Apagar la mente apagar la mente
Apagar la mente apagar la mente
Apagar la mente apagar la mente
Suena a lo lejos real de catorce:
Nunca ningún amante es perfecto
ni tiene la sonrisa adecuada.
No siempre dice la palabra dulce;
a veces, ni siquiera sabe hacer el amor.
Pero la magia del momento
toca muy bien su blues.
Hay días en que me desmorono
como la sombra de una viuda arruinada.
Vivo el peligro de morderme las encías,
de recordar que sólo soy un malherido.
Y ¿saben?, cómo deseo un cigarro
que se consuma en diez años,
beberme mi vida a sorbitos
como si fuera una cuba.
Y bueno, a ti, que me has visto
con la reuma de esas noches,
no pagues por conocer
cómo se fue tu pubertad en esos blueses.
Al final siempre vas a odiarlos.
No me sigas, no me tientes,
no me pidas que te desvista, no...
¿Qué se hace en estos momentos de derrota? ¿Cómo se finje estar al pedo ante el mundo?
¿Cómo se le dice a la vida que no puedes levantarte? ¿cómo se le dice al mundo que estás derrotado?
No es algo agradable. Es algo crudo. Más que la cruda.
Más de mil veces manifesté en secreto que: de haber sabido todo lo que ahora sé, no me REPRODUZCO. Calma lector. No es cruel ni patán, déjame explicarlo. Hoy no cambio lo que tengo por nada. Pero otro pedo hubiera sido. Por desgracia nadie nos avisa. Nadie te advierte, llegamos al mundo creyendo todo lo que nos dicen.
Nadie nos cuenta que el mundo es más falso que los billetes de 30 pesos. La gente cree y confía en virus y bacterias malignas, cree que vive en un universo lleno de otros planetas. No sabe que los políticos los de derecha y los de izquierda son amigos en la oscuridad. Creen que la religión los va a salvar, esperan a un ente que los ayude a cambiar el mundo. No saben que fueron adoctrinados y los que acabaron la universidad, doctorado o maestría son los más adoctrinados y por tanto más ciegos. No sabe que viven engañados. Ni idea tienen de toda la mierda que es la realidad. Se comieron enteramente el relato cobic, se metieron 4 o más jeringazos pero aún tienen miedo pendejamente. Su pendejez no les da para más. No les da para razonar que si comen se quitan su pañal del hocico, pero no pueden andar en Walmart sin su bozal. Es ridículo.
Con nadie más hablaría tales cosas, salvo con mi alma hermana. Ella si era diferente, ella entendió desde el principio, de la clínica entera éramos los únicos dos sin caer en sus mamadas. Por desgracia la perdí. Está, pero ya se fué. Y la dejé ir. Y así lo quise. Claro, es por ella.
En casa me sugieren seguir con terapias, ir a ver al psicólogo muchas veces más. Lo haré.
Apagar la mente.
Apagar la mente.
No pensar.
No lo hagas.
Vuélvete zombi.
Apagar la mente.
Que difícil es.
Hoy salí a charlar con un hermano. El me confesó cosas, yo igual. De hecho creo acabamos abatidos. ¿Cómo puede ser posible; el tiene una década más que yo, el vive al día y busca gente jóven, me sorprende que las encuentra de volada, tiene a la que quiera y aún así sufre por una en particular?
¿Cómo es que la vida nos arrastra así?
Jamás conocí almas tan iguales.
-Dijo un conocido.
Seguiré un buen rato en depresión. Pero agridulce. Me da gusto ver qué ella es feliz. Saldré de esto. No sé cómo. Pero trataré.
Me costará pero lo haré.
Pero con una gran ayuda de mis amigos claro.
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